lunes, 26 de noviembre de 2012

Las crisis como formas de crecimientos.


Visión de la vida a travéz del espejo:


La vida está llena de todas las oportunidades para aprender a convivir en armonía con el universo le circunda, el cual, está conformado por nuestras propias proyecciones, visiones y creencias; y las cuales se conjugan con lo trascendental del ser espiritual, que sin duda alguna, existe y sustenta nuestras experiencias evolutivas.
Por lo que me atrevo a asegurar, que cada cual convive en su propio mundo, ausente por desconocimiento de la vida en cuestión.
Ignorantes casi al 100% de su formación, creación, y participación, en lo que respecta a la recreación universal o en otras palabras, la casi nula visión de los misterios a develar que se esconden tras los innumerables secretos invisibles del poder esencial y personal, que constituyen la esencia del ser humano en cuestión y de los elementos que se conjugan para la manifestación de la naturaleza en todas sus expresiones. 10197410
Lo que se llama “real”, sólo es una parte mísera de la totalidad de lo que está basada la vida, y también así, como el pensamiento trascendental y el accionar constructivo.
Lo real esconde secretos, los cuales simplemente son capacidades y conocimiento que se van transfigurando a través del tiempo, y que dejan de ser misterios o secretos a medida de ir develándose la verdad de sí mismo, a través del espejo interior.
Afrontar el otro lado del espejo, es una cuestión interesante que pocos se atreven a realizar, ya que esta, dejara en evidencias las falencias, errores, inconsecuencias, etc.de un sistema de “vida” ,basado en lo ilusorio y material. Los prejuicios heredados por la sociedad, lo cultural, religioso, político, personal y otros. Se vuelven una barrera difícil de superar o derribar; dado que el miedo a romper los esquemas que se establecieron, para ser adecuados y aceptados, socialmente, genera la inevitable paralización de la consciencia; y como respuesta a esto, aparece la descalificación de todo aquello que se desconoce o se teme.
La ignorancia es así de atrevida (leí en alguna parte), me parece adecuado citar esa aseveración; ya que esta, se atreve a cuestionar a la vida misma, a las mentes más sabias en las que se basa el pensamiento antiguo y moderno; al alma, al espíritu, a Dios mismo, y descalifica todo aquello que le sea distinto, auténtico, único, y porque no decirlo, especial ya que guarda en sí mismo, la sabiduría que le creo. Y desconoce todo el valor en ello. El ignorante, ignora su propia esencia y rinde culto y pleitecia a los falsos idolos, creados por el pensamiento materialista.
Mirar al otro lado del espejo, puede mostrar una imagen de sí mismo que poco gusta o acomoda, y que tarde o temprano, nos lleva a enfrentar la responsabilidad adquirida, frente al caos en que convertimos la vida, y de la participación consciente o no, sobre el conflicto de intereses en el que competimos por mantenernos en vigencia, sin importar muchas veces lo que se pasa a llevar ,o el costo personal y emocional que esto signifique; afectando el mundo tanto interno como global.
Los secretos guardados nos proporcionan un conocimiento nuevo sobre la propia naturaleza de la realidad, y que nos lleva a cuestionar el mundo de las manipulaciones y las luchas de poderes, de conflictos sociales, económicos y, políticos, culturales y religiosos; para comenzar a dar importancia a lo que realmente somos, sentimos o queremos, más allá de las descalificaciones de sí mismos.
Los secretos y misterios, nos llevan a correr el velo de lo que es realmente verdadero versus la realidad ilusoria, y nos impulsa a la valentía de afrontar primeramente, el conocimiento de causa y la responsabilidad que esto significa, para luego recuperar o despertar la consciencia, y así evitar que sigan sucediendo las cosas, tal cual están, en el universo de caos interno que se ha creado por miedo e ignorancia.
Al superar el caos inicial y descubrir el fluir de los procesos evolutivos, se transmuta el contenido del subconsciente personal para trabajar los elementos perturbadores, y así poder favorecer los contenidos de la consciencia; recuperando a su vez la honestidad, valor, voluntad, perseverancia; en definitiva recuperar la dignidad de ser.
Somos mucho más de lo que vemos a través de nuestra mirada externa ,y más aún, de lo que percibimos por medio de nuestros sentidos físicos.
La vida; desde mi punto de vista, es en realidad un viaje perenne, continuo en sus transfiguraciones, y un campo de energía fértil para la recreación del escenario cósmico, a medida de ir creciendo como seres pensantes, y evolucionando como seres espirituales.
En este nivel afortunadamente, la teología y ciencias espirituales están llegando a un punto en donde difícilmente, pueden seguir evitándose, en la unificación con los hechos científicos y tecnológicos. El pensamiento materialista y mecánico con el cual, el mundo giraba hasta principios del siglo pasado, fue transformándose a través del pensamiento cuántico y la consciencia cósmica.
Hoy, al igual que en el pasado e inicios de lo que conocemos como el mundo moderno; nos encontramos que los nuevos descubrimientos científicos, los cuales han cambiado la forma de ver las cosas y de enfrentar el futuro, son sólo una actualización de lo que las ciencias espirituales antiguas ya manejaban hace muchos siglos atrás.
Citando la filosófica forma de vivir de Sócrates, debemos aprender a reir de nosotros mismos, dado el caso que la risa, es el elemento lúdico que permite poder realizar la transformación interior, y dejemos que el pensamiento se ilumine incluyendo a los otros en el mismo juego, así es, como la risa penetra en el corazón del ser humano, y lo convierte en un eslabón de toda la gran cadena de eventos en donde se desarrolla la vida.
No podemos más que reír frente a la paradoja que surge con el ciclo circular del conocimiento. Lo que durante tanto tiempo fue cuestionado y vetado como herejías, hoy es la base de la ciencia que dejaron de ser ocultas. Ya que Sócrates, Platón, Buda, Laos Tse, Vedas de la India, El kibalión de Hermes en Egipto, Jesús el Maestro, y tantos otros que conforman la base y pilares de la consciencia humana, confluyen en la conclusión de la física atómica, sobre la realidad cuántica de la consciencia y la energía del pensamiento; y completan el entramado cuántico del subconsciente y sus múltiples proyecciones en las dimensiones de la expresión humana.
El proceso evolutivo de la vida, ha dado un salto cuántico desde el pensamiento racionalista hacia una dimensión que abarca el campo espiritual, que es el campo de las energías.
Esto ha despertado el interés en la investigación científica, sobre la relación entre la consciencia personal y la realidad que trasciende a los sentidos; la relación entre psique, espiritualidad y consciencia cósmica; y que en la “nueva psicología” apunta hacia lo transpersonal.
Desde donde yo observo la vida, me da seguridad entender que como piezas móviles, en un espacio entramado de energías que surgen de nuestros canales físicos y mentales, creamos el caos para generar opciones de recrear los acontecimientos, como en un “juego teatral”, según la perspectiva de Platón; para reflexionar sobre los distintos modos de vida en épocas de crisis. Como dije anteriormente, la seguridad proviene de esta aparente inestabilidad; dado el caso, de que todo es cambiante y nada es estático en el plano físico, algo que podría provocar temor e inseguridad, paradojalmente deja la tranquilidad de saber a ciencia cierta, que todo lo que ocurre esta orquestado por la energía del pensamiento, las proyecciones subconsciente y la fuerza e intensión espiritual, las cuales, surgen con el propósito de re ordenar y desarrollar la creatividad e imaginación, que es la base de nuestro poder de creación.
Por lo tanto, así como, inconscientemente creamos el caos hasta generar crisis, que es la forma de quebrar la rigidez de la mente, también tenemos la posibilidad siempre de recrear en pro del bienestar, y corregir y reinventar una forma nueva de experimentar la vida.
La inventiva humana, es una capacidad de supervivencia básica; sin embargo ,el ser humano en su inminente decadencia de instinto, se ha dejado manejar y con ello darle fuerza a la creencia de estar impedido e invalidado del poder de transformar, dirigir y recrear su experiencia personal, e influir en la experiencia colectiva, a través de sus propias decisiones y derecho a optar.
Las crisis de vida nos impulsan a retomar o a recuperar estas capacidades básicas, como son: la imaginación y la creatividad; y las cuales nos dan campo abonado para inventar una forma distinta, nueva o reciclable de nuestras actuaciones en la vida.
El cerebro humano es más que un órgano que conserva o reproduce nuestras pasadas experiencias, es también un órgano combinador, creador, y que está capacitado para elaborar complejos sistemas que generan nuevos planteamientos que modifican el presente y afectan nuestro futuro.
Por tal motivo, concluyo que mientras tengamos la capacidad de reinventarnos en los tiempos críticos de nuestra existencia, podremos recrear nuestras experiencias, haciendo uso de la inteligencia, el conocimiento y las oportunidades de crecimientos, que traen consigo las crisis, y que nos hace ser creadores de nuestra realidad.
Y para finalizar, no olvidemos que la ignorancia ,es la renuncia al poder esencial, la identificación y sometimiento a las penas y sufrimientos,creados como único propósito de evolucionar y no de convertirlos en parte de la identidad personal.
La ignorancia es la muerte en vida del ser humano esencial.

(Isabel Arriagada)

Fuente: aramadoma

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